viernes, 31 de mayo de 2024

amelia



 ¿Cómo haré para tomarte en mis adentros, guitarra?

¿Cómo haré para que sientas mi torpe amorMis ganas de sonarte entera y mía?¿Cómo se toca tu carne de aire, tu oloroso tactoTu corazón sin hambre, tu silencio en el puenteTu cuerda quinta, tu bordón macho y oscuroTus parientes cantoresTus tres almas, conversadoras como niñas?
Toca la guitarra negra, tócalaTócala
¿Cómo se puede amarte sin dolor, sin apuro, sin testigosSin manos que te ofendan?¿Cómo traspasarte mis hombres y mujeres bien queridos, guitarra?Mis amores ajenos, mi certeza de amarte como pocos¿Cómo entregarte todos esos nombres y esa sangreSin inundar tu corazón de sombras, de temblores y muerteDe ceniza, de soledad y rabia, de silencio, de lágrimas idiotas?
Hoy anduvo la muerte buscando entre mis libros alguna cosaHoy por la tarde anduvo, entre papeles, averiguando cómo he sidoCómo ha sido mi vida, cuánto tiempo perdíCómo escribía cuando había verduleros que venían de las quintasCuando tenía dos novias, un lindo jopoDos pares de zapatos, cuando no había televisiónEse mundo a los pies, violento, imbécil, abrumadorEsa novela canallesca escrita por un loco
Toca la guitarra negra, tócalaTócala
Hoy anduvo la muerte entre mis libros buscando mi pasadoBuscando los veranos del 40, los muchachitos bajo la mangueraLas siestas clandestinas, los plátanos del barrio, asesinadosTallados en el alma
Hoy anduvo la muerte revisando mi abono del tranvíaMis amigos, sus nombres, las noches del Café MontevideoLas encomiendas por la honda con olor a estofadoRevisando a mi padre, su Berreta, su BaldomirRevisando a mi madre, su hemiplejia (toca la guitarra mega, tócala)Al Uruguay ballesta, a Arístides queridoA mis anarcos queridos (tócala)Bajo bandera, bajo mortajaBajo vinos y versos interminables
Hoy anduvo la muerte revisando los ruidos del teléfonoDistintos bajo los dedos índices, las fotosEl termómetro, los muertos y los vivosLos pálidos fantasmas que me habitanSus pies y manos múltiples, sus ojos y sus dientesBajo sospecha de subversión
Y no halló nadaNo pudo hallar a Batlle, ni a mi padre, ni a mi madreNi a Marx, ni a Arístides, ni a LeninNi al Príncipe Kropotkin, ni al Uruguay, ni a nadieNi a los muertos Fernández más recientesA mí tampoco me encontró
Yo había tomado un ómnibus al cerro e iba sentado al lado de la vidaPasé frente al nocturno y la vida había pintado unos cartelesPregunté en una esquina por la horaY en la bolsa del hombre que me dijo la horaIba la vida, junto con su almuerzo
Hoy dejaré las puertas y las ventanas de mi casa abiertasY la noche entrará por todas las ventanas de mi casaPor todas las ventanas de todo el barrioPor todas las ventanas de todos los cuarteles y de todas las cárcelesPor todas las ventanas de los hospitales, la noche entrará cabeceandoSaltará para adentro, sombra a sombra, a la luz del farolY se echará en el piso como un perroY aguardará hasta la madrugadaHoy dejaré las puertas y las ventanas de mi casa abiertasPara siempre
Toca la guitarra negra, tócalaTócala
Mi corazón está mejor sitiado que mi casaMi casa, más cercada que mi barrioMi barrio, cercado por mi puebloEn mi barrio vive el Presidente, cercado por un muro casi derrumbado
Temblando, con el frontal partido por el marrónPor el marronero, cae sobre sus costillasPesada como un mundo, la resCae con estrépito, de bruces sobre el cementoBalando al descuajarse su osamentaYa solo un pobre costillar enormeYa solo un pobre cuero y sangreMedia tonelada de huesos astilladosHincados en toda esa vidaTemblorosa y atónita
Ahí se va alzando, como un pesado pingajoAtrapada por la pata por un gancho que le salta arribaQue la alza por un ojal abierto en el garrón de un cuchillazoEn plena estupidez sentimentalEn plena media tonelada de monstruoso dolorIncomprensible, absurdoBalando, plañidera y tontaComo un escarabajo que no piensa
Mientras medita lentamente por qué duele tantoY por qué duele qué parte de quién, que es ella misma, la res (toca la guitarra negar, tócala)Abierta al descuartizamiento atroz por todas partes (tócala)Que nunca habían dolido y que eran tantas partes, tan extensasY que pastando nunca habían dolidoHaciendo leche, esperma, músculos, crin y cueroY cornamenta viva, que eran la vida misma manando hacia sus adentrosVibrando tiernamente como un sol cálido hacia sus adentrosY nunca habían dolido
Ya está colgadaLas patas delanteras se enderezanSe endurecen y avanzan hacia adelante y hacia arribaImplorantes y fatalmente rígidasRematadas en cortas pezuñas que hace un instanteAmasaban el barro del corralEl estiércol de otros cien balidosDinosaurios del siglo de las máquinasNacidos para morir de un marronazoAhora ya es carne azul colgada en la heladera"Uruguay for export"
Aquella res, que murió de un marronazoCayó y tembló todo el frigoríficoAquella otra res, que recibió el marronazo en plena frenteDe dos dedos de espesor, mientras entraba al tubo desconfiandoPorque allí no había pasto, alcanzó a comprender queHabía otra res delante, balando, que ya se la llevaba el ganchoY cayó detrás también, y el cemento tembló bajo esos huesos
Aquella otra res, que esquivó el marronazoY que cayó también, con un ojo reventado y una guampa partidaDeshecha, también cayó y tembló la tierraTembló el marrón, tembló el marronero, la resMurió temblando de dolor y de miedoDe un marronazo en plena frente "for export"Del Uruguay
Toca la guitarra negra, tócalaTócala
En la punta del aguaUna flor blanca, luminosa, de quince dólaresSe hace chispa, se abulta, se diluyeChorrea entre otras flores más pequeñasLlora, se agita, la catapulta el chorro de aguaY sube como bola en el aire
Está naciendo siempre, mientras el agua cantaEn esa fuente de la boîteEntre aplausitos, al compás de la orquestaBlanda flor blanca, acuosa, nostalgiosa en el aireSubida en los plausos como espitada, hendida, empitonadaGime y llora en la noche, tira estrellas bailando bajo el humoRenace, llora por el chorro azul-blanco de la fuenteComo si fuera planta que la cría -y que no es-
Y sin embargo, así seguirá abriéndose, muriendoHinchándose y flotando, mientras dure en la nocheSu belleza infantil de ingenieríaSu blando corazón bajo el foquillo fijo y lechosoEl gringo, el chorro de agua a precioEl aire de importación, esas hembras, el mozoEsos señores
Hace un buen rato ya que doy trabajoY vengo acostumbrándome al desuso de mi almaA la razón del enemigo, a mis sesenta cigarrillos diariosA las malas costumbres de mis cancionesQue de algún modo siempre fueron nuestrasVos lo sabés, guitarra negra
Hoy reanudo en un cómico enderezoLa hora de ayer parada en su nostalgiaMe hacen sufrir las alas que me puse para volarMas grito y se alzanGimo y me acompañanRío y baten de a dosComo que están amándose y se odianSin embargo, mis dos alas, se odianSe enderezan, se hacen amigas mías para llevarme por todas partesAllá está la canción, aquí la nadaMás allá el pueblo y más acá el amor
Pero el pueblo está también más acá (toca la guitarra negra, tócala, tócala)Y antes estaba allá tambiénDetrás del pueblo el puebloHemos viajado por todos mis caprichosY el pueblo osando el pisoAmándose con alas como las míasOdiando su destinoOdiándome y amándome sin alasCon millones de piesCon manos y cabezas y lenguasY sus mil bocas dicen"Ahora la suerte ya está echada"
La mariposa viene hacia mí en la calleEn el aire húmedoPor el aire húmedo bailando, por el aire agobiante, ominosoBailando en el aire calienteY yo vi que no era a mí a quien buscaba sino a la muerteY que no buscaba la muerte también viPorque no era mariposa de la ciudad de hierro, ni nacida para esoSino que era mariposa nada más, en la ciudadPresa y ya muerta de antemano, fatalmente (toca la guitarra negra, tócala)Buscando en ese bailar loco y frágilUn ala, un grano, una pizca de polen en el cemento (tócala)
Porque la mariposa naceY no aprende nada hasta que muere en cualquier sitioHerida de muerte por su semana justaPor su tiempo precisoPor su sorbito de vida ya bebidaEso no es tan tristeTriste es ver su cadena de huevos en el hollínDepositados junto a un río de aceiteA la sombra de las altas paredes de cementoSu cadena de huevos de seda
Hago faltaYo siento que la vida se agita nerviosa si no comparezcoSi no estoySiento que hay un sitio para mí en la filaQue se ve ese vacío, que hay una respiración que faltaQue defraudo una espera
Siento la tristeza o la ira inexpresada del compañeroEl amor del que me aguarda lastimadoFalta mi cara en la gráfica del puebloMi voz en la consigna, en el canto, en la pasión de andarMis piernas en la marcha, mis zapatos hollando el polvo (toca la guitarra negra, tócala)Los ojos míos en la contemplación del mañana (tócala)Mis manos en la banderaEn el martillo, en la guitarraMi lengua en el idioma de todosEl gesto de mi cara en la honda preocupación de mis hermanos
¿Cómo haré para tomarte en mis adentros, guitarra?Guitarra negraDice Enrique, mi hermanoQue hay cierto perro hundido que se lame mansamente y nos lameLamiéndose una herida quieta, allá al fondo, sentado en su escalón
Y dice más mi hermano el otro Enrique, en PragaDice que amarte con certeza, hacerte enteramente hembraDarte lo que de vida tengan mis urgenciasSerá amar más y más a JaimeAmarlo más de verasPor su alma, su propio perro mordedorBajo el garrote, el cable, el puñetazoLa bolsa de arpilleraEl plantón y el insulto
La olvidada mejilla que no ponen ni él ni nadie a golpearSino con hambre y Rita y José LuisCon Gerardo y Raúl y Rosa y Sara y MauricioY por todos nuestros muertos
Y he sabido, guitarraQue este otro perro que criasteLadrador, campesino, a veces manso o vigilanteQue roe su propio hueso en la penumbra y gruñeCual casi todo perro popular, vagará por tus anchas veredas
Tus milongas sangrantesHasta morir tambiénTal vez un díaDe soledad y rabiaDe ternuraO de algún violento amorDe amor, sin duda
Compositores: Alfredo Zitarrosa



(copiado de "el muerto")

El largo camino que permitió identificar los restos de Amelia Sanjurjo

May 29, 2024 Estratégico (CLAE, www.estrategia.la )

Luvis H. Pareja

Casi un años pasaron entre que la retroexcavadora levantó un cráneo en un predio militrar del sur de la ciudad de Toledo, en el monte del Batallón de Infantería de Paracaidistas 14 y el dia en que Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos anunció que se podía afirmar con precisión que los restos eran de una mujer.

En realidad, los huesos aparecieron el 6 de junio de 2023 y 16 días después la organización comenzó el largo periplo, que incluyó exhumaciones, toma de muestras y búsqueda de familiares, para poder llegar a la identidad. La lista oficial de la Secretaría de Derechos Humanos decía por junio de 2023 que había 39 desaparecidas cuyos restos aún no fueron encontrados.

Del fémur hallado en el Batallón 14 y enviado al laboratorio forense en Córdoba, Argentina, se obtuvo un “perfil genético completo”. Pero cuando los investigadores fueron a contrastar con el banco de datos, no lograron la coincidencia con ninguna de las muestras de familiares de 21 desaparecidas. De otras 12 no pudieron pesquisar porque la información eran insuficiente, y de seis no había muestras de familiares.

Cuando en julio de 2023 se conoció que los restos correspondían a una mujer, la antropóloga Alicia Lusiardo explicó que la causa de muerte había sido «violenta» y por «acción de terceros», en un contexto de «privación de libertad, malos tratos o torturas». En los restos se identificaron traumatismos en la columna cervical, la mandíbula y las costillas. Ahora se sabe que se trataba de Amelia Sanjurjo.

De las 39, había tres que se sabe que estuvieron secuestradas en Uruguay y fueron vistas por última vez en territorio uruguayo. Elena Quinteros y María Claudia García de Gelman fueron descartadas por el estudio de ADN. Pero de Amelia Sanjurjo, la tercera en cuestión, no había muestras “suficientes” para comprar con la información genética.

«Hoy se confirmó la identidad de los restos hallados en el año 2023 en el Batallón 14. Se trata de Amelia Sanjurjo, desparecida en 1977. Reafirmando el compromiso del gobierno con la búsqueda de personas desparecidas, hoy una familia y el Uruguay todo encuentra un poco más de paz», señaló el presidente Luis Lacalle en su cuenta de X, desviando la atención del escándalo en su partido.

Para la precandidataa presidencial frenteamplista Carolina Cosse, el hallazgo significa “devolverle un pedacito de dignidad al Uruguay”; Laura Raffo, del Partido Nacional, pidió seguir trabajando “para que se sepa lo que pasó con cada uno de los desaparecidos”

En busca de más desaparecidos

El director de la Institución Nacional de Derechos Humanos Inddhh), Wilder Tayler, anunció este martes nuevos lugares de excavación en busca de los restos de detenidos y desaparecidos durante la dictadura cívico-militar uruguaya. El anuncio se hizo luego de que se confirmara que los restos encontrados un año atrás en el Batallón 14 corresponden a la militante juvenile comunista Amelia Sanjurjo.

En el Batallón 14, hay «dos máquinas a full» que siguen excavando, en un trabajo coordinado con los investigadores que están «revisando enormes cantidades de información y entrevistando testigos». Se trata de un área que no había sido explorada anteriormente y está ubicada en los «fondos del Galpón 4 del SMA, conocido como el 300 Carlos», donde entre 1975 y 1977 pasaron «unas 500 personas».

300 Carlos, conocido también como «Infierno Grande» o «La Fábrica», fue un centro clandestine de detención y tortura (CCDT) que funcionó desde principios de noviembre de 1975 hasta mediados del año 1977. Ocho personas desaparecidas estuvieron allí detenidas: Carlos Arévalo, Juan Manuel Brieba, Julio Correa, Julio Escudero, Otermín Montes de Oca y Elena Quinteros, secuestrada en predios de la embajada venezolana en Montevideo.

Amelia

Los padres de Sanjurjo y su única hermana habían fallecido. Los sobrinos de Amelia estaban en el exterior y ella no tuvo hijos, pese a que los testimonios hablan de que estaba embarazada de tres meses al momento de la detención. Con esa hipótesis en la cabeza, Familiares, la Institución Nacional de Derechos Humanos y el equipo de antropólogos comenzaron a buscar. La información genética que había de su hermana no era suficiente por sí sola para confirmar la identidad.

Por eso, el objetivo inicial era encontrar a los padres enterrados para extraer una muestra de ADN. El padre había sido enterrado en los nichos tubulares del cementerio del Norte y luego reducido, por lo cual no existía posibilidad alguna de hallarlo. La madre, en cambio, había fallecido hace poco más de dos décadas y enterrada en un panteón de la extinta mutualista Casa de Galicia, no pudieron ser encontrados

Entonces, los investigadores apuntaron a sobrinos y primos. Dieron con sobrinos que vivían en el exterior y también con una tía que había fallecido y que pudieron exhumar. La suma de los ADN de los sobrinos, más esa tía y lo que había de la hermana fueron suficientes para llegar a esa coincidencia del 99,99%, informó Wilder Tayler.

Con los restos de Amelia Sanjurjo son 35 los desaparecidos durante la última dictadura que fueron identificados. Todavía hay otros 162 que no se sabe dónde están.

Es el tercer caso en el que se encuentran restos en el Batallón 14: antes habían sido los del maestro Julio Castro y Ricardo Blanco. En total, son siete los restos encontrados en Uruguay: Fernando Miranda y Eduardo Bleier en el Batallón N°13, los tres del Batallón 14, Ubagesner Cháves Sosa en una chacra de la Fuerza Aérea y el caso de Roberto Gomensoro que fue encontrado en el Lago de la represa del Rincón del Bonete en 1972. Los otros 29 fueron identificados en Argentina o algún otro país de la región.Tres hombres vestidos de civil y con botas negras ingresaron a la casa que Amelia alquilaba en el barrio Colón, al noroeste de Montevideo. Allí la esperaron y la detuvieron. Era comienzos de noviembre de 1977. Era secretaria de organización de la seccional novena del Partido Comunista y trabajaba en la editorial “Mundo Libro”, en la Ciudad Vieja montevideana.

Tras 357 días de ardua labor, los expertos forenses lograron identificar a Amelia Sanjurjo, la militante comunista secuestrada el 2 de noviembre de 1997, estando embarazada, y que luego fue torturada. asesinada y enterrada en un batallón militar de La Tablada, cercano a Montevideo

*Periodista uruguayo, analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)