La psicología del color según Goethe - Cultura Colectiva
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La psicología del color según Goethe
Seguramente te has percatado del efecto que los colores tienen sobre tus sentidos independientemente de cuáles sean tus favoritos y cuáles los que detestes. Esta rama de la psicología se conoce como psicología del color y para muchos resulta interesante o curiosa.
La historia del color la podemos empezar a contar con Isaac Newton y su Teoría de la Refracción de la Luz donde supone que los colores nacen a partir de ella; esta teoría fue comprobada con el famoso experimento donde proyecta un filo de luz en un prisma triangular de vidrio y éste a su vez refleja los colores del arcoíris.
Después nos encontramos con el inesperado fundador del Romanticismo, Johann Wolfgang von Goethe, quien además de escritor y científico, fue de las primeras personas en relacionar los colores con las sensaciones que nos producen.
El autor publica su investigación acerca del color en Teoría de los Colores, publicada en 1810; en esa indagación refutó la teoría de Newton argumentando que no sólo se trata de un problema de física donde la luz es el principal elemento, ya que la percepción también juega un papel determinante. Su teoría asegura que el negro o la oscuridad no es la ausencia de luz, sino elemento activo en la formación del color.
Para Goethe, el color amarillo en su estado más natural, representa belleza y pureza; transmite mucha luz y tiene un carácter sereno, alegre, gentil y emocionante. Este color en la ropa, con un tono un poco más opaco, resulta desagradable o molesto.
En el círculo cromático del escritor y científico, aparece después el rojo-amarillo (anaranjado), aquí todo lo que se dijo del amarillo es aplicable pero con mayor intensidad por el tono rojizo, además de aumentar en energía la combinación amarillo-rojo es contraria a la pasada pues aunque ocupa los mismo colores para su formación, ésta es un poco más clara y cercana al amarillo. El color resulta bastante penetrante si lo observamos fijamente y en prendas produce molestia y enojo en los animales.
El azul es un color de muchas contrariedades encontradas, referido a la luz con un poco de oscuridad en él, transmite emoción y tranquilidad al mismo tiempo. Las habitaciones azules parecen más grandes y al mismo tiempo vacías y frías, a veces melancólicas y lúgubres; sin embargo es un color agradable aún cuando lo degradamos.
El rojo-azul es una combinación que no es un crecimento del azul, pues resulta un color muy parecido al rosa. Es un tono interesante pues a pesar de que el rojo siempre trae consigo vida, éste puede resultar más molesto que agradable. El tinte morado que en alfombras sería intolerable, al igual que en pequeños adornos de uso común, contradictoriamente resulta atractivo por lo “inestable que es”.
Después de haber utilizado el rojo para formar múltiples combinaciones, Goethe observó una peculiaridad en el tono ya que puede retratar edades maduras y jóvenes por tener gracia y atractivo; además de poder relacionarlo con venganza y sentimientos de temor.
Por último, el color verde resulta de la mezcla del azul con amarillo y si éstos han sido diluidos perfectamente, el verde resulta un color atractivo, por ello las habitaciones en este tono resultan agradables.
La historia de la creación del color y su aplicación al arte
Dice Octavio Paz que en “el lenguaje, la unión de la palabra y la cosa, el nombre y lo nombrado, exigen la previa reconciliación (y diría la contemplación) del hombre con el mundo que lo rodea”. Tomando a los colores como un lenguaje no verbal, es en su mundo de tonalidades donde éste resulta una metáfora de la vida que sustenta las creencias y alimentan las esperanzas e ideales de los habitantes de algún lugar.
Los colores, además de despertar en nosotros sensaciones conscientes, resultado del estímulo luminoso a partir de la vista, han definido niveles socio-económicos a lo largo de la historia. Tonos difíciles de conseguir y costear se han hecho presentes en el mundo del arte, como en “La chica con la perla” de Johannes Vermeer, donde el tono azul de la mascada fue el resultado de un minucioso trabajo de mezcla, pues era un color inexistente en 1665.
Este es sólo una de las historias que se encuentras detrás de los colores en el arte. La National Gallery de Londres expone la historia de la creación del color y su aplicación al arte en una muestra que reúne piedras preciosas y pigmentos naturales que han coloreado siglos de historia.
Making Colour (Creando colores) une los mundos del arte y de la ciencia para explicar de qué modo los artistas se impusieron a las dificultades técnicas que implica la creación de los colores. La investigación en este ámbito ha sido la especialización del Departamento Científico de la pinacoteca del recinto.
Dividida en ocho salas dedicadas a los principales colores del círculo cromático, la muestra ofrece además un recorrido por una selección de obras: pinturas y cerámicas procedentes de la propia galería y otros préstamos, que son analizadas desde la perspectiva cromática y del estudio de sus materiales.
El inicio de la muestra lleva al siglo XVII y los discos con los que el científico Isaac Newton experimentaba en torno a la teoría de la luz y el color. Se trata de circunferencias con sectores coloreados en los siete tonos del arco iris (rojo, naranja, amarillo, verde, azul, añil y violeta).
El espacio dedicado al azul lo muestra como un color muy apreciado aunque escaso. Procedente de una piedra semipreciosa, su fuente más famosa se encuentra en Afganistán y es utilizado con frecuencia en las representaciones de vírgenes.
El espacio dedicado al azul lo muestra como un color muy apreciado aunque escaso. Procedente de una piedra semipreciosa, su fuente más famosa se encuentra en Afganistán y es utilizado con frecuencia en las representaciones de vírgenes.
En otra sala se exponen las características del verde, color que se encuentra con frecuencia en la naturaleza. También del amarillo, cuyo origen es el ocre o color tierra y ha sido utilizado desde la prehistoria. Y el púrpura, empleado en el arte para distinguir el lujo y la realeza.
El desarrollo continúa con la evolución del amarillo al brillante naranja y adquiere energía al llegar a los rojos, el antiguo bermellón, color favorito de los romanos y que se obtiene de insectos como las cochinillas.
La exposición se complementa con un experimento científico que introduce un nuevo ámbito del pensamiento contemporáneo sobre el color: la percepción humana del color y en qué grado varía según el individuo.
El experimento en iluminación y percepción está controlado por un ordenador y se presentará al lado de las galerías de la exposición en el Ala Sainsbury. Está diseñado para demostrar cómo percibimos y registramos el color, y para mostrar que el ojo y el cerebro responden al estímulo cromático de manera imprevisible.
Como cierre aparece una sala dedicada al oro y la plata, iluminada por el reflejo que desprenden los materiales de los tonos que desempeñaron un papel importante en el arte occidental especialmente desde el siglo XVI.
La muestra permanecerá abierta desde el 18 de junio hasta el 7 de septiembre en la céntrica plaza londinense de Trafalgar. Refleja con vídeos y textos la investigación sobre la evolución del color y su relación con los materiales sobre los que se proyecta y la iluminación que recibe.
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